Datos de la Revista Española de Cardiología muestran que las personas que practican actividad deportiva de alta intensidad, tienen una mayor incidencia de padecer muerte súbita que las no deportistas. Esto no quiere decir que hacer deporte no sea bueno para la salud, sino que hay que saber el estado de salud que tenemos en primer lugar, y en segundo lugar establecer una rutina de ejercicios adecuados a cada persona.
El doctor Cabanes, especialista en medicina deportiva intensa y colaborador de Proyecto+Vida en cardioprotección, nos da una serie de recomendaciones para que podamos disfrutar de los beneficios del deporte sin que sufra nuestro corazón.
Reconocimiento cardiológico
Se debe realizar de forma previa al comienzo de la práctica deportiva, especialmente cuando nos animamos a dejar la vida sedentaria y comenzar con el deporte. El doctor explica que también otros deportes más comunes como el running, triatlón o maratones y carreras populares, tienen su riesgo cardíaco, ya que requieren más de un 70% de oxígeno en su práctica. Todo aquel ejercicio que acelera de forma considerada el corazón necesita un reconocimiento previo.
«Quienes vayan a iniciarse en un deporte de competición que implique esfuerzo físico intenso, deben someterse a un control médico especializado y personalizado para tener su propia historia clínica personal, que incluya una exploración física exhaustiva a nivel cardiovascular, con pruebas de esfuerzo y electrocardiograma como medida preventiva. Pero también los ex deportirtas que deciden retomar la práctica para volver a ponerse en forma tras unos años de inactividad y los mayores de 45 años con alguna enfermedad cardiovascular o con algún factor de riesgo como diabetes, hipertensión u obesidad», apunta Cabanes.
Espacios cardioprotegidos
Los espacios cardioprotegidos son también algo fundamental para prevenir la muerte súbita en el deporte. Son aquellos que cuentan con al menos un desfibrilador instalado y preparado para su utilización en cualquier momento, cumpliendo con un correcto mantenimiento y personal formado en RCP/SVB.
Recientemente se han dado casos de jóvenes que se desvanecieron en el campo mientras practicaban deporte, cuya reanimación se produjo de forma tardía por la falta de desfibrilador en el lugar. Con un desfibrilador, las posibilidades de supervivencia aumentan en un 90%, debido a que los primeros minutos ante una parada cardiorrespiratoria son fundamentales para salvar un vida.
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