¿Hasta dónde se considera que la calidad del aire es segura para la salud de las personas? La contaminación ambiental se origina por fuentes naturales o debidas a la intervención del hombre, y que se transmite al aire, los suelos y las aguas.
En los últimos años se han hecho multitud de estudios ambientales sobre la población para ver los efectos de los contaminantes ambientales. Algunos de estos estudios han detectado efectos cardiovasculares, relacionados con algunos elementos como el plomo (Pb), el cadmio (Cd), el arsénico (As) y el mercurio (Hg).
Efectos cardiovasculares de la contaminación atmosférica
La presencia de partículas contaminantes en el aire libre, tanto de los espacios al aire libre como de interiores, es un importante problema de salud ambiental que afecta a toda la población.
Se estima que alrededor de dos millones de personas mueren al año por afecciones relacionadas con la contaminación del aire. La contaminación atmosférica está formada por una mezcla compleja de gases, líquidos y partículas en suspensión.
Entre los contaminantes del aire ambiental de interés se incluyen:
- Partículas en suspensión (PM)
- Ozono (O3 )
- Dióxido de nitrógeno (NO2 )
- Dióxido de azufre (SO2)
- Plomo (Pb)
- Monóxido de carbono (CO)
La OMS revisó los contaminantes que afectaban a la salud cardiovascular debido al aumento de enfermedades y cardiopatías en zonas con alto grado de concentración de estas sustancias.
Un estudio analizó una serie de datos durante los días en que los niveles de contaminación atmosférica eran más elevados en el área metropolitana de Barcelona. En estos periodos se producían más infartos con fibrilación ventricular y más mortalidad por infarto.
Los estudios anteriores se centraban en el papel que juega la hipertensión o el colesterol como factores de riesgo en las enfermedades cardiovasculares.
Sin embargo, este estudio se ha centrado en la influencia de la contaminación en personas que presentan factores de riesgo llega a la conclusión de que los picos de contaminación podrían ser el detonante que aumenta la probabilidad de sufrir un infarto.
Las partículas de mayor riesgo
La exposición crónica a partículas contaminantes aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como cáncer de pulmón.
La exposición afecta a toda la población, pero la susceptibilidad a la contaminación puede variar con la edad y el estado de salud.
Los efectos cardiovasculares de su exposición incluyen la cardiopatía isquémica, la arritmia, la insuficiencia cardíaca y el aumento de fenómenos trombóticos, produciendo además un incremento de la mortalidad en general por cáncer de pulmón y por patología cardiovascular.
La exposición a este agente produce cáncer de pulmón y asma, aumenta el desarrollo de la placa aterosclerótica y se relaciona con la cardiopatía isquémica y el ictus cerebral.
Ozono de la estratosfera nos protege de la radiación ultravioleta del sol. Sin embargo, el de las capas bajas de la atmósfera es perjudicial y se forma por compuestos orgánicos suspendidas en el aire emitidos por los vehículos y la industria.
El exceso de ozono en el aire causa problemas respiratorios, ataques de asma, enfermedades pulmonares y aumenta la mortalidad por cardiopatías. El Dióxido de nitrógeno (NO2 ), siendo las principales fuentes de emisión la calefacción, la generación de electricidad, los motores de combustión y el humo del tabaco, provoca una disminución de la función pulmonar en los niños.