Es el 6º año que Proyecto +Vida se compromete con el apoyo a la cardioprotección aportando los desfibriladores para atender cualquier posible percance de los más de 30.000 inscritos junto con el gran dispositivo médico formado por 15 médicos en carrera, dos hospitales de campaña, uno en meta de más de 300 metros cuadrados, y otro en post meta, zona donde los corredores tienden a sincoparse, 50 facultativos (anestesistas e intensivistas), 65 diplomados universitarios en enfermería (DUE), 70 técnicos en emergencias sanitarias, 180 estudiantes de voluntariado sanitario, 8 profesionales de fisioterapia y un podólogo. Todos ellos unido a las más de 30 ambulancias ubicadas tanto en el circuito como en las zonas de salida y meta, equipadas para poder realizar un soporte vital y trasladar al paciente hasta el hospital más próximo.
El pasado 4 de diciembre tuvo lugar la 42ª edición del Maratón Valencia Trinidad Alfonso que se celebró bajo el lema ‘Maratón de Maratones’. Como en años anteriores, la prueba, con una importante infraestructura de cardioprotección, contó en esta ocasión con 10 desfibriladores cedidos por Proyecto+Vida, iniciativa de RSC de la empresa ALMAS INDUSTRIES ESPAÑA, portados por 10 patinadores, cinco ubicados en los 5 últimos km de la carrera, siendo los kilómetros de más peligro y los cinco restantes, portados por sanitarios a lo largo de la postmeta.
La historia reciente de la prueba registra 4 paros cardiacos en 2018, que se solucionaron satisfactoriamente gracias al uso de los desfibriladores y al personal y voluntarios de la organización formados y con experiencia en Resucitación Cardiorespiratoria (RCP).
Según Nuño Azcona, CEO de ALMAS, la presencia de desfibriladores en este tipo de eventos es imprescindible, tanto por el gran número de participantes y público como por el esfuerzo físico que representa. “Hay que tener en cuenta –señala- que, en caso de un paro cardiaco, hay que actuar en menos de cinco minutos para salvar la vida de la víctima”. Azcona añade que “el compromiso del Proyecto+Vida no solo consiste en prestar los desfibriladores para eventos deportivos, sino también en generar concienciación sobre el paro cardíaco, ya que un 90% de los paros cardiacos se pueden revertir con personas formadas en RCP y con el uso de los desfibriladores.