Nuestro corazón pide dieta Mediterránea

RSC ALMAS INDUSTRIES

Un paro cardíaco repentino puede sorprendernos sin previo aviso. Dos tercios de las víctimas por paro cardíaco desconocen que tienen afecciones cardíacas subyacentes. Todos debemos asumir la responsabilidad de nuestra propia salud si queremos disminuir el riesgo de sufrir una ECV o un SCA. La única forma de salvar la vida de alguien si sufre un paro cardíaco repentino es aplicar las técnicas de RCP y usar un desfibrilador. En muchos casos, las personas que sufren paros cardiacos terminan falleciendo porque no se les aplicaron estas maniobras en los minutos posteriores al paro. La desfibrilación temprana junto a la RCP pueden aumentar la tasa de supervivencia en hasta el 90%. Sin duda, en caso de paro cardíaco la posibilidad de acceder a un desfibrilador puede determinar la vida de una persona.

Ancel y Margaret Keys, una pareja estadounidense, hablaron por primera vez sobre los beneficios para la salud de la dieta mediterránea en 1975. Desde entonces, esta dieta se ha hecho particularmente conocida por su efecto sobre la salud cardiovascular. Una nueva investigación parece indicar que tiene beneficios para la salud para las mujeres, pero no para los hombres. Todos sabemos que una dieta saludable es un factor importante en la prevención de enfermedades cardiovasculares, pero ¿qué conlleva una dieta saludable? ¿Y qué hace que la dieta mediterránea sea mejor que otras dietas?

Los orígenes de nuestra dieta

Nuestros patrones de hábitos alimentarios han cambiado drásticamente en los últimos años. Nunca hemos tenido una vida tan longeva como ahora, sin embargo, somos propensos a una serie de problemas que, hasta hace poco, eran desconocidos. Como por ejemplo la diabetes, las enfermedades del corazón y el asma.

¿Qué es una dieta saludable?

Una buena dieta es importante para nuestra salud, somos lo que comemos, pero ¿qué es una buena dieta? A excepción de la leche materna para los bebés, ningún alimento contiene todos los nutrientes esenciales que el cuerpo necesita. Por esta razón, necesitamos diferentes alimentos que nos ayuden a obtener la amplia gama de nutrientes.

Una dieta saludable debe proporcionarnos la cantidad correcta de energía para mantener el equilibrio energético. Esto es cuando las calorías ingeridas de la dieta son iguales a las calorías que usa el cuerpo. Necesitamos de esta energía para llevar a cabo tareas cotidianas, como caminar y movernos, pero también para todas las funciones del cuerpo que no hacemos involuntariamente, como respirar y bombear sangre

La dieta y la enfermedad cardiovascular.

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un tipo de trastornos del corazón y los vasos sanguíneos, que incluyen enfermedades coronarias, el paro cardíaco o el accidente cerebrovascular.

La enfermedad cardíaca coronaria es la principal causa de muerte en el España. Sin embargo, se cree que el 80% de las cardiopatías coronarias y los accidentes cerebrovasculares podrían prevenirse mediante cambios en los factores del estilo de vida, como la dieta, la actividad física y el tabaco. Los factores de riesgo son:

  • Una dieta rica en sal que puede provocar hipertensión.
  • Una dieta rica en ácidos grasos saturados y trans (mantequilla, sebo, manteca de cerdo, aceite de coco, aceite de palma, carnes procesadas, productos horneados, nata, chocolate)
  • Consumo excesivo de alcohol (más de 14 unidades por semana)

Cuándo adoptar una dieta mediterránea

Varios estudios han observado que seguir un patrón dietético mediterráneo es beneficioso para reducir la mortalidad y la obesidad mórbida. El seguir una dieta mediterránea se ha asociado con una reducción del 10% en la incidencia o la mortalidad por ECV. 

Una dieta mediterránea consiste en:

  • Una alta ingesta de alimentos vegetales que incluyen principalmente frutas y verduras, cereales y panes integrales, legumbres, nueces y semillas.
  • Cultivos locales, frescos y de temporada, alimentos no procesados.
  • Gran cantidad de fruta fresca, mientras los azúcares concentrados o la miel solo se consumen un par de veces por semana y en cantidades más pequeñas
  • El aceite de oliva como ingrediente principal de la cocina 
  • Cantidades moderadas de queso y yogur
  • Poca cantidad de carne rojas y mayor cantidad de pescado.
  • Poca o nula ingesta de alcohol

Las enfermedades cardiovasculares y el paro cardíaco

Un paro cardíaco repentino puede sorprendernos sin previo aviso. Dos tercios de las víctimas por paro cardíaco desconocen que tienen afecciones cardíacas subyacentes. Todos debemos asumir la responsabilidad de nuestra propia salud si queremos disminuir el riesgo de sufrir una ECV o un SCA.
La única forma de salvar la vida de alguien si sufre un paro cardíaco repentino es aplicar las técnicas de RCP y usar un desfibrilador. En muchos casos, las personas que sufren paros cardiacos terminan falleciendo porque no se les aplicaron estas maniobras en los minutos posteriores al paro. La desfibrilación temprana junto a la RCP pueden aumentar la tasa de supervivencia en hasta el 90%. Sin duda, en caso de paro cardíaco la posibilidad de acceder a un desfibrilador puede determinar la vida de una persona.