El tabaco es uno de los causas externas más frecuentes que afectan a enfermedades cardiovasculares, este puede llegar a multiplicar por dos o hasta por tres el riesgo de infarto de miocardio, ictus y arteriopatía periférica.
El 34% de los adultos españoles se consideran fumadores y solo el 45% de ellas han intentado dejarlo alguna vez. Sin embargo, dejar de fumar no solo es beneficioso para a la salud del fumador, sino también a la de todas las personas que se encuentran a su alrededor. Y es que, la exposición al humo ajeno puede causar cardiopatía coronaria en el adulto aumentando el riesgo en alrededor de un 25-30%, según datos de la FEC .
A pesar del descenso de número de fumadores en nuestro país en los últimos años sigue siendo el primer problema de salud pública. El humo del tabaco contiene más de 7.000 sustancias químicas:
- Nicotina
- Ácido cianhídrico
- Formaldehído
- Plomo
- Arsénico
- Amoniaco
- Elementos radiactivos, como el uranio (lea información más adelante)
- Benceno
- Monóxido de carbono
- Nitrosaminas
- Hidrocarburos aromáticos policíclicos
La nicotina es altamente adictiva y aumenta la frecuencia cardiaca, la tensión arterial y combinada con el alquitrán contribuye a las cardiopatías. El monóxido de carbono, por su parte, es un gas venenoso que sustituye al oxígeno en la sangre, reduciendo el oxígeno disponible para el músculo cardíaco y otros tejidos del organismo .