El pasado 13 de febrero será una de esas fechas que no se olvidan para un vecino de Burlada, en Navarra, tras sufrir un infarto mientras conducía por una avenida de la localidad. Afortunadamente, y gracias a las técnicas de reanimación y la aplicación de un desfibrilador de la zona, pudo sobrevivir y salir adelante.
El vecino, Juanjo Aragón Aznar, de 55 años, se siente inmensamente agradecido a Patxi Bueno Pérez, la persona que acudió a su auxilio y a salvarle la vida, un vecino enfermero que paseaba por la zona con su familia en el momento del suceso.
Patxi Bueno escuchó los gritos de auxilio y no dudó en acercarse al lugar, identificarse como personal sanitario y comenzar a prestar los primeros auxilios. Lo tumbó en el suelo, su hermana realizó la llamada al 112 y el enfermero comenzó con las maniobras de RCP. Un policía llegó y le ayudó a reanimar a Juanjo y en esos momentos Patxi recordó que recientemente había impartido un curso de manejo del desfibrilador en un local de la zona, por lo que pidió que fueran a por él.
En menos de dos minutos ya estaba disponible el desfibrilador móvil, con el que consiguieron reanimarle. Tras despertar, llegó la ambulancia al lugar y fue trasladado al hospital con estabilidad. Patxi explica a los medios que gracias al desfibrilador cercano pudo salvar la vida de este hombre, e insiste en la importancia de aumentar la instalación de desfibriladores fuera del ámbito hospitalario.
Ante un aparada cardíaca los primeros minutos de reacción son fundamentales para aumentar el porcentaje de supervivencia. Los desfibriladores son aún desonocidos por la sociedad pero son de muy fácil manejo y con ellos se pueden salvar vidas. Una correcta formación en RCP y el uso de estos aparatos, que cada vez están mejor equipados tecnológicamente, supone cambiarle la vida a una persona en un momento crítico.
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