¿Dos horas para el baño? Cortes de digestión: verdades y mentiras

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La época estival es sinónimo de playa, piscina y sol. Para evitar incidentes, estamos protegiendo continuamente a los más pequeños, pendiente de que no sufran cortes de digestión, quemaduras solares, o ahogamientos. Les enseñamos pautas de prevención y consejos para que sus vacaciones pasen sin ningún percance, pero ¿realmente los mayores les damos un buen ejemplo?

Cuando crecemos, todos los consejos que hemos recibido durante la infancia parecen ser que se nos olvidan, pero los cortes de digestión son sustos que podemos sufrir a cualquier edad. Un corte de digestión es un shock producido por un cambio brusco de temperatura que desencadena en la pérdida de conocimiento en el agua y, en la mayoría de los casos, produce una parada cardiorrespiratoria pudiendo acabar con la vida de quién lo sufre.

Por su nombre común, pensamos que este hecho sólo puede producirse en el momento en el que se está produciendo la digestión, pero no, realmente podemos sufrir un corte de digestión en cualquier momento.

Estos sustos se pueden prevenir si seguimos una serie de pautas que harán cuidar nuestra salud y asegurar que las vacaciones vayan viento en popa.

– Hacer comidas ligeras, sin demasiados excesos de cantidad ni alimentos pesados antes de sumergirnos en el agua.

– Evitar cambios bruscos de temperatura: antes de lanzarnos al agua, debemos mojarnos la nuca, muñecas y vientre, o bien si es posible, darnos una ducha para que nuestro cuerpo vaya asimilando el cambio de temperatura. Aún debemos tener más cuidado si hemos estado tomando el sol antes del chapuzón, si estamos sudando en abundancia, o si hemos realizado ejercicio físico.

– No realizar ejercicio físico en el agua tras la comida, esperar al menos una hora tras ingerir alimentos.

Los médicos manifiestan que es imprescindible salir del agua o pedir ayuda en el momento en el que empezamos a sentirnos mal para evitar así perder la conciencia dentro del agua y no ahogarnos. Los posibles síntomas del corte de digestión son mareos y nauseas, escalofríos, dolor de estómago, piel pálida y visión borrosa.

Conocer las técnicas de reanimación y contar con un desfibrilador cerca del suceso, puede reducir en un 30% el número de fallecimientos por paro cardiaco. Proyecto +Vida, promueve la formación de RCP en las piscinas para que mayores y pequeños sepan cómo actuar ante una persona que está sufriendo una parada cardiaca.